
Mientras, sentado estaba el viejo, escuchando en medio de la plaza el goteo perpetuo de fuentes con horario de cerrado, vio pasar gente de metal con alma de cobre y temple de acero. Viejos arboles mirando mas alla del vagabundo, y otros arboles, andantes ancianos mostrando las canas de su sabiduria. Hombres y mujeres mostrando sus rubias canas de sabiduria que nunca tuvieron.
pequeñas bayas humanas subiendo escaleras tiernamente esperando alcanzar el resultado inesperado de sus vidas. Observo tranquilamente a que las miradas pasaran, los cabellos y las orejas de una sociedad que, aunque tambien lo vieron, no observo lo intenso de sus sentires. Por mas que esperaba que ocurriera.
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