En la serena oscuridad del bosque, pocas personas esperarían encontrarse a un niño corriendo como loco entre los gruesos arboles que impiden ver mas allá de la tranquilidad de pensamiento. Pero si, allí estaba el pequeño Arthur huyendo de algo que nunca se espero encontrar: un oso ambriento. Como siempre el oso vio una nutritiva cena en la carne del chico, pero algo le impidió ver mas alla de la maleza de los arboles dejando momentos que Arthur aprovecho para escapar.
Ahora, mas cerca de la media noche que de su casa, el no podía encontrar el camino de regreso a casa. Miraba intranquilo las sombras y la desesperación lo agobiaba, haciendo mas torpe su apresurado andar.
En la lejanía diviso un pequeño arroyo. Un claro del bosque quizás lo ayudaria a ubicarse en la inmensidad del castaño y el olivo. Se acerco con cautela. Miro al rededor. Una luna cobijada por las nubes miraba al niño con su fría tibieza de verano, y el sonido del agua en cayendo al pozo daba paz a la escena. Estaba sediento... así que no se preocupo en agacharse un poco y beber un poco de aquellas cristalinas aguas. Sin embargo alguien lo detuvo.
─¿Quien anda allí? oye niño, alejate de mi pozo...─ Le dijo una voz autoritaria. El caballerito retrocedió y miro a todos lados como quien acabara de ser regañado. Pero no había nadie allí, solo su alma y la de los arboles alrededor.
─Hey tu chámaco... ¿como te llamas?─
─Señor, ¿quien es usted, donde esta? Estoy en muchos problemas, estoy...─
─Perdido, lo se... es de mala educacion respoder a una pregunta con otra pregunta. ─
─Disculpe, pero como no lo puedo ver... necesito ayuda ─
─Estoy aquí, en el agua... ─
Arthur se agacho un poco y vio que de entre el reflejo de la luna sobre el agua se habrían un par de ojos verdes que lo dejaron anonadado. Entonces comenzo a salir del agua un hombre, vestido con un chaleco de cuero, botas de excurcion, pelo largo barba bigote y los profundos ojos verdes que no le quitaron la mirada de encima al niño.
─Podria ayudarme por favor. Necesito encontrar mi hogar, un oso me persiguió y tuve que escapar entre los arboles y ahora...─ Le dijo con voz llorosa
─Caballero, guarde la compostura ─Le interrumpió ─ Ese oso siempre tiene hambre, es egoísta y nunca se detiene a pensar en lo que los demás desean, pero ese no es el punto. Además, un favor se cambia con otro favor. ─
Ahora, mas cerca de la media noche que de su casa, el no podía encontrar el camino de regreso a casa. Miraba intranquilo las sombras y la desesperación lo agobiaba, haciendo mas torpe su apresurado andar.

─¿Quien anda allí? oye niño, alejate de mi pozo...─ Le dijo una voz autoritaria. El caballerito retrocedió y miro a todos lados como quien acabara de ser regañado. Pero no había nadie allí, solo su alma y la de los arboles alrededor.
─Hey tu chámaco... ¿como te llamas?─
─Señor, ¿quien es usted, donde esta? Estoy en muchos problemas, estoy...─
─Perdido, lo se... es de mala educacion respoder a una pregunta con otra pregunta. ─
─Disculpe, pero como no lo puedo ver... necesito ayuda ─
─Estoy aquí, en el agua... ─
Arthur se agacho un poco y vio que de entre el reflejo de la luna sobre el agua se habrían un par de ojos verdes que lo dejaron anonadado. Entonces comenzo a salir del agua un hombre, vestido con un chaleco de cuero, botas de excurcion, pelo largo barba bigote y los profundos ojos verdes que no le quitaron la mirada de encima al niño.
─Podria ayudarme por favor. Necesito encontrar mi hogar, un oso me persiguió y tuve que escapar entre los arboles y ahora...─ Le dijo con voz llorosa
─Caballero, guarde la compostura ─Le interrumpió ─ Ese oso siempre tiene hambre, es egoísta y nunca se detiene a pensar en lo que los demás desean, pero ese no es el punto. Además, un favor se cambia con otro favor. ─
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