Al mirar hacia mi propio firmamento veo estrellas, cariños lejanos que ni a golpes puedo alcanzar, maravillas lejanas de alienigenas que no dejo de imaginar. Miro lunas de almas, piel de bronce entre brazos de carton, coccos y bucles en besos flotantes. Mundos enteros hechos de agua salada, lagrimas regadas en el vacio que mantuvieron la gravedad de todas estas cosas, que, segun mi relativismo siempre estuvieron alli.
Cada prensa de palabras vidriosas que ven aqui, no son microhistorias. Son micropensamientos, pequeños finales que le encuentro a cada momento de mi vida. Sinceros cascarones donde me alimento a mi mismo, sin proporcion una de la otra, con el peso que la mediocridad tiene sobre mi desgastado subconciente.
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