
La taberna se quedo en silencio. El encapuchado no se inmuto ante el tamaño superior de sus 4 contrincantes. Tomo con tranquilidad su tarro de arcilla y bebió profundamente el litro de cerveza de trigo que aun tenia en su interior. A pesar de que la luz del lugar no dejaba mirar sus ojos, esbozo una sonrisa de satisfacción y dijo, sin perder el porte fanfarrón del que parecía estar orgulloso.
─Soy un vagabundo viajero, que en el vomito de tu velero ve el vació del viento─
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