Disculpeme usted, señorita Imaginación. Por no querer aprovecharme de usted cuando me asalto la inspiración. No la buscare en mi estricto orden de las cosas, sino que, la tomare en cuenta cuando menos la necesite. Como cuando algún trabajo exija mi completa atención. En el traqueteo apurado de algún camión salvaje, a mitad del regodeo sexual, cuando vuele a algún lugar, incomodo de compañía. Mientras alcoholizado trate de enhebrar una idea coherente. Cuando vea mi reflejo húmedo de nostalgia en la ventana de mi habitación.
Con la sonrisa fría, como la mirada amarga de escapar tantas veces en el reproche de la realidad.
Allí, entre el ruido, donde no te necesite, te buscare y espero embarazarte de ideas y que no mueran durante la concepción.
Aunque claro, ahora debo conseguir una cita para capacitar empresas.
Después seguiré deshebrando mi personalidad.
Con la sonrisa fría, como la mirada amarga de escapar tantas veces en el reproche de la realidad.
Allí, entre el ruido, donde no te necesite, te buscare y espero embarazarte de ideas y que no mueran durante la concepción.
Aunque claro, ahora debo conseguir una cita para capacitar empresas.
Después seguiré deshebrando mi personalidad.
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