14 octubre 2010

Historias pasajeras, viajeras, mensajeras...

─Buenas tardes─ saludo el hombre. Estaba de pie frente a una señorita con un vestido verde que daba la impresión ser de una época que solo las rocas, sobrevivientes a aquel poderoso tiempo de transigencia conocen. El caballero, bien vestido con saco y corbata no había quitado los ojos de ella, de sus profundos ojos verdes y su cabello castaño desde que llego en el tren del medio y día y se sentó en una banca, a mirar a las demás personas pasar.
─¿En que le puedo ayudar mi señor?─ dijo la chica, quien puso una mirada de sorpresa al ver que habían interrumpido su sinapsis filosófica. El hombre se sorprendió que le llamara "mi señor" pues hace mucho que ese orden de palabras no se había utilizado.
─Bueno... vera─ se quito el sombrero ─me preguntaba que hace una señorita como usted en una estación de trenes, desde hace mas de 1 hora, solamente viendo pasar a las personas que bajan de tanto tren, sin siquiera fijarse en el destino de las locomotoras, ¿acaso espera a alguien? por que si es así yo...
─No se preocupe─ lo interrumpio─ mi intención es en efecto, esperar, sin embargo no es un tren, ni una persona lo que espero, sino algo con mas significado, aunque puede que para usted sea algo ya dado por hecho.
─¿Puedo enterarme que es lo que espera?─
─Solo espero que llegue mi libertad─
─¿Solo espera...?─ el caballero se quedo perplejo. Nunca había escuchado una respuesta de ese tipo, de ninguna otra persona.
─Pero, señorita─ le dijo ─Uno no espera nada mas a que la libertad llegue como llegan las cartas que mandan otras personas, una libertad, cualquiera debe conseguirse con esfuerzo y búsqueda interior... incluso con fuerza física si es necesario. Lo que usted me dice es una tontería, sin ofender.─
─No se preocupe, no soy de carácter efervescente, ni mucho menos fácil de entender. Solo le respondía a mi pregunta, que de cualquier forma, su respuesta no serviría de nada. Pero... si algo eh de advertirle, es que aquí se termina el camino para mi. Este estado de tranquilidad es el resultado de una búsqueda, una huida y un deseo por querer salir de este aparente estado de ignorancia en el que todos los aquí presentes están ─le miro de nuevo, y su rostro esbozo una sonrisa cálida y cordial─ sin ofender... pero, si algo debiera decirle, es que su mundo, la realidad en la que se desenvuelve, muy pronto sera transformada, en algo mucho mas activo, de lo que alguna vez siquiera ha imaginado.
El caballero se quedo con la boca abierta de la impresión que le había dejado aquella señorita: ¿Acaso estaba loca? ¿por que intuía algo sobre la realidad, si la realidad no cambia? ¿a que se refería con eso de "ignorancia"? ¿Huida? y la mas importante ¿quien rayos es esta mujer?
 Aquel hombre no pudo saber nada mas de ella, pues un potente ruido y un temblor lo derribaron al suelo. Con una nube de polvo saltaron unos hombres con las prendas deterioradas y unas armas enormes apuntando a todos lados, sometiendo y arrojando al suelo a quien se interpusiera. Miro hacia todos lados buscando a la señorita, quien lo miraba a través de los hombres con traje que estaban protegiéndola de cualquier malintencionado. Ella solo se dio la vuelta. Un segundo antes un guardia de la estación disparando hacia los terroristas, pero cayó fulminado al suelo, y no se volvió a levantar... y tras un potente flashazo todos los hombres, con la señorita, se esfumaron hacia ningún lado.

1 comentario:

  1. mmm etsa bien pero mmm por que nunca tiene final ? y Aketti ..... buuaa

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