19 octubre 2011

Un cigarro.

Me quedo. Miro voluntades de concreto y leo constelaciones en las nubes de la atmósfera. El brillo rojo de un cigarrillo hace de usurpador de conciencia mientras la realidad me disfraza de sombra en la oscura noche sin sombra de mi imaginacion.
El frió impaciente me amenaza, susurra entre mi piel que me largue. Es un tímido martirio.
El suave ronroneo de la avenida me recuerda aquel instante en que cambie el consuelo del sexo por la inseridumbre de la frustración. Una playa que en la distancia hace que mi mente haga de verdugo.
Aun permanece entre mi vida el jugueteo constante de mis pies. La suave sensualidad de sus caricias. Los incombustibles consejos de sus palabras. Una buena noche, pero aquella noche que...

Sus besos de otoño

─¿Podre regresar el tiempo?─ me golpea la nostalgia. No quiero estar frió, no quiero sentirme caliente. Quizás solo sea un prototipo engañado de las frases insondables que una luna alguna vez me engaño.

Esto ya lo había soñado.

¿Me regalas un beso, o solo me regalas la noche? Sin compromisos... Por ahora.
Apago el ultimo cigarro que fumare en su honor.

Yescanuata
Un olor a tabaco y channel, me recuerda el olor de su piel.
Una mezcla de miel y café me recuerda el sabor de sus besos... 
Bacilos

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