
Aquel niño se dispuso a navegar en la oscuridad. Toco tierra en su cama y se desplomo, víctima del cansancio a descansar. Estaba exhausto de contentar personas. Sus pies helados se acurrucaron entre la pelusa de su colcha y mantuvo la respiración. Mientras su reproductor repetía las mismas canciones que una vez escucho para no atarse a otra persona, y que ahora mantenían su recuerdo.
Una luna lo miro con inseguridad, y, entre tantos síntomas de nostalgia, después de varios meses de sequía emocional, una lágrima corrió borracha por su mejilla, tropezó con su mentón y se estrello dramáticamente en la almohada.
Estaba solo, y ningún abrazo digital le devolvería la ignorancia que perdió después de tanto tiempo.
Y el silencio lo durmió.
Senti tanta tristeza por ese peque@o..
ResponderEliminar